El secreto de la luz

Somos muchas las que nos preguntamos cómo hacen las modelos para  lucir ese aspecto radiante y fresco en todas las fotos. ¿Acaso tienen un foco permanente delante de su cara iluminando estratégicamente? ¿Será cosa de la astucia de Photoshop? La respuesta más sincera sería un poco de todo, sin embargo hay un cosmético que también juega un papel muy importante en el tema de la luz: el iluminador.

Su misión es destacar aquello que es bello; la mirada, los pómulos… consiguiendo con ello, aportar un aspecto de juventud y naturalidad al rostro.

Su utilización ayuda a potenciar la luz de la piel además de ser el mejor aliado para acabar con la apariencia de un rostro apagado, estresado y cansado.

El truco de un buen resultado, es saber aplicarlo en su momento adecuado. Si no eres profesional, lo más recomendable es hacerlo con el rostro completamente maquillado para resaltar más los puntos de luz.

¡Importante! No confundir el iluminador con el corrector. No tienen la misma función, por lo tanto si utilizas el corrector para iluminar, te creará brillos indeseables.

Con el corrector, tapas imperfecciones y con el iluminador, aportas luminosidad a la piel y eliminas rastros de fatiga.

¡Ilumíname!

Los puntos clave para acertar con este instrumento son:

• contorno de ojos: en los extremos, el párpado móvil  y el lagrimal.
• parte alta de los pómulos
• el centro de la frente, en dirección derecha-izquierda
• centro de la barbilla de derecha a izquierda

Nunca lo apliques encima de los defectos, pues te los resaltará aún más.

Fotografía: L'oreal

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